Como diría Truman Burbank: «Buenos días, buenas tardes y buenas noches». Antes de nada, me gustaría daros las gracias por estar ahí leyendo, ya que es de bien nacidos ser agradecidos (cliché number one). Este es mi primer artículo sobre escritura creativa, no solo en mi página, si no en general; quedáis sobre aviso. He de decir que todo lo que quiero compartir con vosotros proviene principalmente de mi incipiente experiencia como escritor y tiene un fin egoísta: seguir aprendiendo; no soy ningún adalid desinteresado de la literatura aunque espero poder aportar mi granito de arena en vuestro proceso creativo. Lo ideal sería que tanto esta sección como cualquier otra de la página se convirtieran en un intercambio multidireccional de información, ideas, críticas, vivencias y pareceres respecto al hecho literario. Todos somos aprendices y maestros; por lo cual os invito a soltaros. Dicho queda.
Seguramente os habéis preguntado alguna vez sobre el orden de importancia de los elementos que manejamos a la hora de construir una historia. ¿Qué es más trascendente?, ¿personajes, trama, ambientación, ritmo, tema…? Y lo siento si suena a perogrullada, que lo es, pero hay que aprender a dominarlos todos (como con los Pokemon). Y os advierto, no siempre lograremos plasmar nuestra pericia con alguno de estos elementos, pero os aseguro que lo que sí se notará será nuestra carencia con cualquiera de ellos. Así que toca echarle ganas y escribir y escribir (seguro que no has escuchado eso antes).
¡Vale, petardo! Pero… ¿Por dónde empezamos?
Presupongo que si aún sigues leyendo es porque tienes verdadero interés; habrás escrito uno, dos, tres, mil relatos… quizá ido a algún taller literario, ¿alguna novela tal vez? Y después de todo sigues sin haber establecido una forma concreta de abordar tus historias. No es malo. Las ideas a veces llegan en forma de escena final, en ocasiones son un concepto controvertido que queremos tratar, y otras tantas son un matemático en paro que se gana la vida repartiendo rollitos de primavera y pollo kung pao. No importa mientras tengamos un hilo del que tirar. Que después llegue a algo que merezca la pena es harina de otro costal y algo que llegaremos a identificar con el tiempo.
Por lo tanto, teniendo en cuenta que hay muchos puntos de los que partir, os propongo que releguéis esa preocupación al cajón de las cosas olvidadas, ese en el que aún tenemos pins, cintas de cassette y un recuerdo de Cuenca; todas cosas que están ahí, pero que no afectan nuestro día a día, lo que precisamente debe ser la escritura: un día a día.
Así pues, comenzaré compartiendo con vosotros algunas de las estrategias que manejo a la hora de CONSTRUIR UN PERSONAJE.
Evidentemente una persona es mucho más compleja de lo que nunca será un personaje de ficción, por el simple hecho de la inabarcable tarea de registrar todos los momentos vitales que pueda experimentar una persona real y de plasmar como la afectan y la hacen cambiar a lo largo de su vida. Lo más cercano a eso es la biografía, el género en el que claramente “el personaje” es el elemento más trascendente. Pero hay una herramienta básica para escarbar en la psique de nuestro personaje, para sonsacarle todo eso que ni siquiera nosotros, como creadores, sabemos de ellos aún. Preguntarle.
Ya. Ya sé que esto también lo has leído en mil sitios. Le haces al personaje constantes preguntas hasta sacarle las tripas, como hacen los niños de entre seis y ocho años. No es novedoso, no. Pero hay una cosa que yo les pregunto y me ayuda mucho, algo que solo entenderán los que hayan jugado a Dragones y Mazmorras.
Desde los catorce años llevo creando historias como narrador de juegos de rol, por lo que todo esto ha ido afectando mi forma de estructurarlas, ya sea para jugarlas en una partida o para convertirlas en un relato o novela. Todo afecta, y, para bien o para mal, esto también sucede con los personajes.
Cuando alguien se hace un personaje para jugar una partida de rol, rellena una hoja de personaje. En esta hoja se registran una serie de datos que definen al personaje y le dan profundidad, desde aspectos físicos hasta mentales. El punto particular desde el que pienso partir es un aspecto referente al posicionamiento que adopta el personaje respecto al mundo en función de dos ejes: el eje ley/caos y el eje bien/mal. Lo que en el juego Dragones y Mazmorras se denomina como ALINEAMIENTO.
Antes de profundizar en cómo este concepto me ayuda a definir y conocer a mis personajes, me gustaría dejar claro que todo esto es solo una herramienta, algo que me sirve a mí, no algo que funciona a modo de un todo inmutable y estanco del que no podemos salirnos. Es muy importante que quede claro que esto debe funcionar como herramienta, no como limitación.
Posicionar a un personaje dentro de un alineamiento nos ayuda a responder de golpe y con facilidad a muchas preguntas, como mínimo a saber cuáles realizar. Dentro del eje Ley/Caos, un personaje puede situarse en tres posiciones: ley, neutralidad o caos. Y dentro del eje Bien/Mal un personaje puede situarse en otras tres: bien, neutralidad o caos. Tendremos entonces que explicar qué significa situarse en un punto u otro de estos ejes. Vamos a ello.
¡Muy importante! No pretendo establecer definiciones para conceptos tan complejos como ley, caos, bien o mal. No olvidemos que esto es simplemente una herramienta para que nosotros mismos organicemos nuestros personajes y les hagamos las preguntas correctas. Este sistema formaba parte de un juego donde el bien y el mal estaban muy definidos, tomaba forma física (ángeles, demonios, muertos vivientes, dragones de oropel etc…), y en ningún caso tenían la profundidad que estos conceptos puedan tener bajo un marco de reflexión filosófica.
Dentro del eje Ley/Caos:
Ley: Un personaje legal tiende a ser sincero, comprender la importancia de las normas, respetar la autoridad, sostener la necesidad de las leyes para la perpetuación de la sociedad, asimilar conceptos como el honor; aunque también pueden caer en estrechez de miras, adhesión reaccionaria a las tradiciones o tener menor capacidad de adaptación. Por supuesto este asunto de la legalidad depende mucho del lugar en el que se haya criado el personaje, los valores que le hayan sido inculcados por su familia y un largo etcétera (eso son muchas preguntas que hacerle).
Caos: Un personaje caótico es más libre, más flexible y adaptable, no le gustan las ataduras, suele pensar que una mayor libertad dota a la sociedad de todo el potencial de sus individuos; por contra pueden sufrir la arbitrariedad de algunas de sus acciones, mostrarse incapaces de reconocer la autoridad legítima, generar inestabilidad a su medio inmediato con sus indecisiones. Todo puede venir explicado por la infancia del personaje, sus experiencias etc… Preguntas a fin de cuentas.
Neutralidad: La neutralidad en este caso es una medida de la intensidad del caos y la legalidad dentro del personaje.
Dentro del eje Bien/Mal:
Bien: Un personaje bueno es altruista, respeta la vida, se preocupa por las dignidad de los seres conscientes. Un personaje bueno es capaz de realizar sacrificios personales por otros. Evidentemente dentro de este, como de cualquier otro parámetro, hay niveles y niveles.
Mal: Un personaje maligno es netamente egoísta. Si bien puede haber personajes que realicen el mal como una elección personal y disfruten de ello; no siempre será así. Un personaje malvado no es necesariamente un ogro que vaya comiendo niños. Depende de la profundidad que queramos darle al concepto, pero normalmente el típico asunto del fin y los medios da una buena medida de donde empieza el mal.
Neutralidad: Igual al caso anterior. Una medida de la intensidad del bien y el mal dentro del personaje.
Atendiendo al cruce de ambos ejes llegamos a la consecución de nueve alineamientos: legal bueno, legal neutral, legal malvado, neutral bueno, neutral auténtico, neutral malvado, caótico bueno, caótico neutral y caótico malvado.
A continuación explicaré cada uno de ellos. Pero antes recordemos al matemático repartidor de rollitos de primavera y pollo kung pao. Seguro que más de uno ya se lo había imaginado de alguna forma en particular cuando lo leyó.
Mi propuesta es la siguiente: Os doy una breve explicación de cada alineamiento y después os dejo un texto breve en relación a nuestro repartidor (llamémosle Marcos), acompañado al final con tres preguntas que podríamos hacerle. Vamos a ello.
Legal bueno: Este es el alineamiento de esos personajes sinceros, honrados y honorables que ven la ley como una herramienta necesaria para beneficiar al conjunto social. De enfrentarse a una injusticia por imperativo legal intentarían hacerlo desde dentro del sistema.
“Entre rollito y arroz tres delicias escuchó hace media hora una conversación personal de su jefe, por supuesto sin querer, no podía esperar llegar tarde y tuvo que entrar en la cocina, siempre lo hace lo mejor que puede. Lo que escuchó le tiene crispado: algo sobre una entrega de coca, una deuda y una amenaza de muerte. Ahora mismo se debate entre acudir o no a la policía. No tiene prueba alguna, pero no quiere formar parte de algo así.”
¿Dependen otras personas del sueldo de Marcos? ¿Familia? ¿Influiría eso en su decisión?
¿Piensa Marcos si el trato que le dispensa su jefe es adecuado? ¿Afectaría eso en su proceder?
En caso de querer asegurarse ¿Iría primero a hablar con su jefe? ¿Es valiente Marcos o no tanto?
Legal neutral: El orden y la organización son primordiales, todo tiene un proceso, una razón de ser. Puedes obedecer a una concepción personal del mundo o alguna ya establecida, pero el personaje suele ser muy fiel a ella. El bien es, casi siempre, menos disruptivo.
“No le ha gustado nada lo que ha oído, pero podría ser cualquier cosa. No obstante, primero hará la entrega que tiene pendiente mientras decide si es suficientemente sospechoso lo que ha escuchado o no como para merecer una visita a la policía. En todo caso estará haciendo lo correcto.”
¿Usa siempre casco cuando circula? ¿De medio huevo o integral?
En el caso de ir a la policía y que desestimen su información ¿Hablaría con su jefe sobre lo sucedido? ¿Por qué?
¿Como actuaría en un caso de cucarachas en el restaurante? ¿Exigiría al jefe solución o iría directamente a sanidad?
Legal malvado: Puedes ser leal y tener cierto código intocable, pero este es independiente de a quien pueda hacer daño o beneficiar. Las leyes son como son porque normalmente las impone el que es más fuerte y eso es netamente justo para él. La ley es muy interpretable.
“Su jefe es un tipo interesante después de todo. Menos mal, porque estaba hasta los huevos de esa mierda de trabajo, aunque entiende que todos empiezan desde abajo; bueno, casi todos. Cuando termina la conversación entra y le pregunta, quiere saber cuál es el sistema, que hace falta para entrar. Promete ser un tipo cuidadoso.”
¿Buscaría a los superiores de su jefe para presentarse si este le diera largas?
¿Aceptaría ocupar el lugar de su jefe si esto supusiera su muerte? ¿Lo haría él en persona?
¿Que opinaría su padre sobre lo que está dispuesto a hacer por prosperar? ¿Y su madre?
Neutral bueno: desearías que todo el mundo tuviese lo que necesita, todo es relativo e innecesario si no sirve en última instancia para hacer que todo a tu alrededor esté mejor, leyes incluidas. No deseas el mal a nadie pero tampoco dudas en quien merece tu ayuda, eres bueno, no tonto.
“Marcos sabe de los apuros económicos de la familia Park desde hace tiempo, a fin de cuentas trabaja con personas más allá de que sean sus jefes, así que ha intimado hasta cierto punto con ellos. Preocupado por si el bueno del señor Park ha mordido más de lo que pueda tragar intentará sonsacarles algo antes de ser franco y directo, quizá a la señora Park.”
En el caso de que no consiga sonsacarles nada y comience a ver lujos de difícil justificación ¿Seguirá manteniendo esa consideración hacia ellos?
¿Informará a la policía o simplemente dejará de trabajar con ellos? ¿Por qué?
¿Siente algo por la hija mayor de Park? ¿Le importa a los padres que sea asiática?
Neutral auténtico: Prefieres que todo el mundo esté bien, el bien es menos disruptivo, y cierto número de normas es deseable para mantener un equilibrio. Los tonos de gris tienen toda la parte de negro y blanco que necesitas en tu vida y piensas que todo el mundo es capaz de bien y mal.
“Park es buen tipo, le trata bien. Posiblemente pueda haber malinterpretado lo que ha oído, después de dos entregas se le habrá olvidado. Además, él no está pringado en nada, si hubiera movimiento en el restaurante no tendrían nada contra él, porque simplemente no ha hecho nada. Si empieza a ver cosas raras se buscará otro trabajo y listo.”
¿Es desconfiado Marcos? ¿Por qué?
¿Y si Marcos mira uno de los pedidos que debe entregar y resulta que hay un paquete con polvo blanco dentro? ¿Hará la entrega y se quitará de en medio? ¿Volverá al restaurante a echárselo en cara a Park?
¿Viene la neutralidad de Marcos derivada de los palos que le vio recibir a su padre por ser demasiado bueno?
Neutral malvado: las normas y las leyes están bien, sobre todo cuando puedes retorcerlas y usarlas a tu favor. La mejor persona en la que confiar algo es en ti mismo y la forma más absurda de desperdiciar el tiempo es en los demás.
“Solo hay un amor en la vida de Marcos: chantaje es su nombre.”
¿Cuánto piensa pedirle? ¿Se reirá de él o es menos bravucón?
¿Por qué la buena educación que recibió de sus padres no funcionó con Marcos?
¿Sufre Marcos algún tipo de insatisfacción aguda producto de haberlo tenido todo fácil o es simplemente un hijo de puta?
Caótico bueno: No confías en las imposiciones, eres amable porque te sale de dentro. La gente debería dejar de salir todo; el entramado de normas que nos atan solo sirve para desnaturalizarnos y generar más mal que bien. La libertad es la llave.
“Acepta cobrar en negro por parte de la familia Park porque sabe que así es mejor para todos, pero lo suyo no tiene ni punto de comparación, es típico en su país. No sabe si lo han estado usando de correo y le jode especialmente porque él ha confiado en los Park. Pero como no tiene nada aparte de media conversación tras una puerta se mantendrá vigilante y revisará muy bien los paquetes que transporte. Si se la juegan le echará los dientes abajo.”
¿Qué cojones hace alguien como Marcos con la carrera de matemáticas? ¿Le provoca una especie de paradójica sensación de calma el orden matemático?
¿Le hace falta el dinero? ¿Quizá para viajar por Sudamérica?
¿Cómo reaccionaría Marcos en el caso de un intento de ajuste de cuentas en pleno restaurante?
Caótico neutral: Eres libre, haces lo que te apetece, que los demás lo hagan si quieren. A ti todo lo que diste de tu epidermis ni te va ni te viene demasiado.
“¿Coca? Joder no entiendo lo que dice… ¿Jefe, ha dicho coca?”
¿Cuantos tipos de droga ha probado Marcos?
¿Es una especie de absurdo genio matemático?
¿Chantajeará a su jefe por una cena gratis cada día? ¿Lo hará porque es tonto o porque puede?
Caótico malvado: Yo, yo, yo y yo. Y si tengo que pasarte por encima para obtener esa fruslería para mí, bien está que en el camino me lleve de calle a toda tu familia. Me ha gustado: es bonita, brillante y eso basta.
“Marcos quiere saberlo todo, y quiere una buena parte. El reparto de la mierda que lo haga otro pringado. Y no, no solo quiere dinero, también favores sexuales de la señora Park… y si se tercia de su hija. Si gana suficiente se irá a Australia ¿Por qué a Australia? ¿Por qué no?”
¿De dónde proviene la obsesión de Marcos de mantener sexo con figuras de poder?
¿Tiene poca autoestima? ¿Es más bien narcisista?
¿Tiene algo que ver lo de Australia con una frase que decía su tío Juan: “cuanto más lejos mejor”?
Espero que entendáis por donde quiero ir. Si a estas alturas no he conseguido explicarme quizá me merezca un tirón de orejas. De momento os emplazo a la continuación de este artículo dentro de quince días aproximadamente. Un placer. Y recordad, esto lo hacemos entre todos, espero vuestros comentarios, quejas, críticas, consejos etc…
A continuación os dejo el enlace al vídeo de mi canal de Youtube en el que trato el mismo asunto. Hasta la próxima.
Cada alineamiento da cabida a diferentes posibles perfiles arquetípicos. Aporto un par de ejemplos para neutral auténtico:
En el centro de la tabla, existen dos arquetipos bastante definidos que dan mucho juego: El indefinido y el opuesto.
La falta de compromiso es el principal rasgo del indefinido. Su razón para considerarse bueno y correcto suele ser que «hace lo que todo el mundo». Puede mojarse, sí, pero cuando lo hace, es personal. En ese tipo de personajes, a veces el afecto o el sentimiento de pertenencia (rasgos bueno y legal, respectivamente) se manifiestan de forma incontrolada o cruel (caos, mal) cuando se le mueve del punto de equilibrio. Este personaje tiende a buscar regresar a su área de confort, y esa es su motivación principal.
El opuesto actúa como contrapeso, o abogado del diablo. Rechaza los extremos porque no le dan confianza, y mueve su posición ligeramente hacia el hueco menos representado. A menudo sirve para moderar o enfatizar a otro personaje de manera que al oponerse hace destacar cuando ese otro personaje rebasa una línea. Es crítico y es especialmente disfrutable cuando se equivoca, porque puede llegar a poner en serios apuros a aquellos que estima.
(Copiado de fb)
Muchísimas gracias por tu aporte A. Jesús. Sin duda podrían surgir muchos arquetipos de personaje derivados de la ramificación de una sucesiva batería de preguntas con distintas respuestas. Esa es la idea, saber qué personaje tenemos y por qué es así, tener una base firme en la que sustentar en nuestra obra el porqué de sus forma de actuar y de ser. El primer comentario de la página apunta alto 😀
Gracias por la información. Gran aporte de esta web. Un cordial saludo!