He de reconocer que al principio me resultó chocante la forma de narrar de Cormac McCarthy; con un constante uso de la «y» (muy de cuento), así como con frases y párrafos cortos. Pero, a media lectura, advertí lo acertado de su elección, ya que el uso constante de este tipo de construcciones reducidas añadía más hastío al ya imperante en la atmósfera creada por el autor (al menos así me lo pareció). El uso de frases cortas viene determinado por el constante desarrollo de acciones que, aunque repetitivas, son necesarias para la supervivencia de los personajes: otear la carretera, buscar sitio para dormir, encender el fuego etc… Y el de los párrafos cortos, porque en la carretera puedes pasar rápidamente de una situación a otra; además es una forma efectiva de representar el cambio físico de lugar, ya que la novela es un viaje constante.
McCarthy logra que empatices con la inocencia del crío y con la constante lucha del padre por mantenerlos en el mundo. El desolador futuro que nos presenta turba no tanto por la crudeza de algunas escenas como por la constante nada que rodea a los protagonistas: nada física, nada moral, nada…
Recomiendo la lectura de esta novela, así como el visionado de la adaptación al cine, muy acertada y cercana al libro.
Leeré más del reconocido novelista.
McCarthy logra que empatices con la inocencia del crío y con la constante lucha del padre por mantenerlos en el mundo. El desolador futuro que nos presenta turba no tanto por la crudeza de algunas escenas como por la constante nada que rodea a los protagonistas: nada física, nada moral, nada…
Recomiendo la lectura de esta novela, así como el visionado de la adaptación al cine, muy acertada y cercana al libro.
Leeré más del reconocido novelista.