Nosotros.- Yevgueni Zamiatin

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Cuando supe que Orwell y Huxley habían bebido de la novela de Zamiatin, me propuse leerlo. A día de hoy no me queda duda de la relevancia de «Nosotros» en la obra de ambos.

Más allá de la casi obligada entradilla haciendo referencia a Orwell y Huxley, es paradójico lo caótico que me siento al afrontar una reseña sobre esta novela, una historia que trata, entre muchas cosas, sobre el orden y la perfección. Y lo es, porque este magnífico libro habla de todo. Habla de tanto que no sé por donde arrancar: yo, nosotros, ellos, la felicidad con o sin libertad, el miedo al cambio, el amor, lo irracional, la traición, los totalitarismos, la influencia del lenguaje, las costumbres, la sexualidad, la filosofía, las normas, las revoluciones, el pensar diferente etc… Lo que más me aturde es, que si pienso en cualquier cosa, podría acabar relacionándola de alguna forma, no necesariamente forzada, con esta obra de ficción.

El gran hermano te observa…

Así pues, intentaré echar el ancla en algún lado, por ejemplo, la historia en sí. Partiré desde ahí.

D-503 es un habitante convencido de la perfección y necesidad del Estado Único. Su vida en la Ciudad de Cristal es feliz, placentera en su rutina y en la seguridad del horario definido en las Tablas de las Horas, segura en la convicción de que todo a su alrededor debe ser transparente, ajeno a la libertad como tal y a la auténtica privacidad. Sumido como el resto de su sociedad en un nosotros por encima de un yo.
El trabajo de D-503 como matemático es especialmente importante ya que trabaja en el Integral, una nave destinada a llevar el mensaje de felicidad y orden del gran Benefactor fuera de la tierra. Así pues, comienza a redactar un diario, en principio como una loa al Estado Único y su conveniencia para todos aquellos que lleguen a escucharlo, no obstante en el curso de los días todo irá cambiando, y con el cambio vendrá la duda, el miedo y las preguntas. He visto libros de filosofía en los que se plantean menos cuestiones que en esta obra.

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Recursos, recursos, recursos e imaginación

No me gustaría destripar la historia, así que me centraré ahora en analizar algún aspecto algo más técnico de la novela. Me ha encantado la idoneidad del lenguaje elegido por Yevgueni Zamiatin a la hora de acometer con «Nosotros», hay una serie de detalles que no me han pasado desapercibidos y que nos hacen meternos de lleno en la ordenada Ciudad de Cristal:
1. Los nombres de los personajes son letras y números. Una letra inicial y un número. Las consonantes hacen referencia a hombres y las vocales a mujeres.
2. La narración en general y las descripciones en particular suelen hacer uso de jerga matemática; especialmente llamativos los términos geométricos a la hora de describir los rostros y expresiones de los personajes. Todo un trabajazo.
3. Se pone especial énfasis en la importancia del lenguaje dentro de la construcción del ser, sobre todo como individuo dentro de una sociedad en la que prima el grupo. Me encanta cuando se reflexiona sobre la pertinencia de los posesivos o de los pronombres personales. Magistrales detalles.
4. La estructura de los capítulos también tiene un porqué. Todos responden a la construcción «Registro X» donde X es el número del capítulo. Justo debajo «Sinopsis X» donde X son tres ideas claves del capítulo. Además tiene sentido puesto que la narración en primera persona corresponde a la elaboración del diario para el Integral por parte de D-503.
5. El ya mentado uso constante de las interrogaciones en el monólogo interior nos hace sentir cierto apego por el protagonista, a pesar de lo diferentes que podamos ser; él también duda y, mal que le pese, es humano.
6. Por último (y estoy seguro de que me dejo infinidad de detalles), es sorprendente lo lírico que llega a ser el lenguaje de Yevgueni Zamiatin en «Nosotros» sin que esto desmonte la sensación de frío orden. Se logra hacer la narración más amable y al ser en primera persona nos facilita conocer la parte más irracional del protagonista.

¿Cuál es el verdadero peso de una valoración personal?

¿Y después de todo esto, por qué puse cuatro y no cinco estrellas a la obra de Zamiatin en mi valoración de goodreads? Sinceramente, pienso que en algún momento me arrepentiré y lo cambiaré. Este es uno de esos libros complicados que te hace por momentos parar el ritmo, no se llega a disfrutar del todo si no estas al 100%. Creo que en algunos puntos la historia se hace algo lenta, pero tenga la poderosa sensación de que en parte es culpa mía. Es un libro que te remueve por dentro, te hace pensar, cuestionarte cosas… ¿Quizá sea por eso? ¿No nos gusta que nos incomoden? ¿Da un poco de miedo que un libro de 1923 sea tan actual? Posiblemente hoy le ponga cuatro… quizá mañana sean cinco ¿No soy a fin de cuentas libre de cambiar de opinión?

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